La séptima edición del Foro de la Cultura ha bajado hoy el telón con el diálogo que ha reunido a Joaquín Reyes y Arturo Valls, conducidos por la periodista de RNE Marta Echevarría en una cita titulada «Quien ríe el último». El humor, ha afirmado Reyes al inicio de la conversación, «tiene esa capacidad de revertir las situaciones, te permite reírte del de arriba y vengarte… Me identifico con la figura del bufón, intento reírme del que tiene poder». Valls ha reconocido que su faceta cómica tiene mucho que ver con «la inconsciencia» y que su escuela es la intuición: «notas un feedback con la gente, pero esa energía no la puedes trabajar. El público te compra o no te compra».
Los dos actores han coincidido en destacar que un mal chiste puede ser defendido por un buen cómico, aunque el humor —han añadido— vive de la oportunidad y de esa «complicidad», a veces indetectable, que surge con el espectador. Agradecidos por las oportunidades que han recibido desde que dieron sus primeros pasos en la profesión y del cariño del público, han lamentado que, en ocasiones, «te encuentras con alguien que no sabe separar la persona del personajes» y que, después de diez horas de rodaje, «no puedes ser gracioso».
«No comparto esa reflexión de que «ya no te puedes reír de nada»», ha sentenciado Joaquín Reyes cuando Echevarría le he preguntado por la censura. «Se hace mucho humor y la gente lo valora; lo que pasa es que hay más espacios donde expresar la crítica y los cómicos no asumimos bien la crítica. La censura la ejerce el poder, la crítica la hace el público», ha subrayado antes de recordar que muchos programas, entre ellos La resistencia, «un programa muy libre», tocan temas sensibles.
Cuando Echevarría les ha preguntado por el momento profesional más especial en sus vidas, Reyes ha recordado su visita al programa Cine de barrio, así como un pregón en Albacete. Valls, por su parte, tiró también de ironía al señalar que «he tenido la suerte de ver a Falete tirarse de un trampolín».
La charla de Reyes y Valls ha estado precedida por el diálogo que, dos horas antes, han protagonizado el veterano humorista Javier Cansado, quien ha compartido escenario con su hija, Helena Pozuelo. «Hay muchos programas de televisión de humor, pero con poca vida», ha señalado el integrante del mítico dúo Faemino y Cansado, que, sin embargo, ha defendido la buena salud de la que, a su juicio, goza la comicidad española en la actualidad. «Ha tomado el relevo a Argentina», ha planteado Cansado en una conversación en la que ha reconocido que, frente a su consideración de hace tiempo de que puede existir un humor atemporal, el componente generacional influye en su percepción. «A la gente de veintipocos le puedo gustar, pero ese intangible, esa conexión con las personas de más edad, desaparece», ha reflexionado el cómico, que también ha incidido en que su consideración del humor, muy ligada al absurdo, lo ha alejado de cualquier tipo de censura o cancelación.