La posible convivencia entre la literatura o el pensamiento y las Redes Sociales fue el objeto de debate del último de los diálogos del II Foro de la Cultura, que tuvo lugar en la tarde del domingo 6 de noviembre en el Fórum Evolución bajo el título ‘Del verso al aforismo en 140 caracteres’. El profesor y tuitero estadounidense Eric Jarosinski, el director del Museo Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, y el poeta y periodista de El Mundo Antonio Lucas, moderados por la coordinadora del suplemento cultural ‘La sombra del ciprés’, de El Norte de Castilla, Angélica Tanarro, se detuvieron en esa nueva realidad entre el escepticismo y la certeza de que entre el ruido se puede encontrar iniciativas interesantes en plataformas como Twitter.
Lucas alabó la obra ‘Nein! Un manifiesto’ de Jarosisnki, una iniciativa extraordinaria, porque «había un pensamiento serio, un uso de la herramienta de Twitter con solvencia intelectual, didáctica, todo aquello que Twitter generalmente ni propone ni quiere, ni le interesa a la mayoría de la audiencia». Otro tanto ha hecho respecto a la actividad que desarrolló Solana para abrir una vía «didáctica» en la red social para explicar piezas de museos y exposiciones. El autor de una obra poesía reunida bajo el título de ‘Fuera de sitio’ se declaró «muy escéptico con Twitter y el alcance que puede tener, pero en un momento dado, cuando encuentra un pequeño cobijo donde encontrar relámpagos, pequeñas ráfagas de hallazgos, de gracia e inteligencia, uno entiende que todavía hay gente que merece la pena dentro de esa fosa séptica».
Guillermo Solana se declaró desertor de la red social, porque a su juicio «se había vuelto irrespirable», pero también defendió iniciativas como #NiUnDíaSinPoesía, con la que Antonio Lucas publica versos diarios de otros, algo que el periodista y poeta descartó hacer con sus propios poemas. Solana se mostró convencido de que existen esas islas de creatividad en Twitter, pero «se pierden» en medio del «ruido» y de las «actitudes tóxicas». «El anonimato convierte a veces a la gente que incluso es normalmente apacible en unos seres agresivos», lamentó.
Eric Jarosinski, quien confesó entender el escepticismo de sus compañeros de mesa, y serlo también «un poco, porque exige un gran compromiso personal y, además, hay quien lo emplea como un arma muy peligrosa», señaló las razones que le llevaron a crear su perfil en Twitter, en el que se esconde bajo el pseudónimo de Nein. Docente de profesión, comenzó a utilizar Twitter para captar la atención de sus alumnos: «Una de mis grandes frustraciones como profesor en materias de filosofía era conseguir que los alumnos me entendieran, porque ya antes de empezar el aprendizaje estaban intimidados». «Comprendí las oportunidades que me ofrecía, sobre todo a nivel profesional pero también en el ámbito más personal, y cambié mi forma de utilizar Twitter. De no haberlo hecho, ya no sería usuario de esta red social», sentenció.