Edición de 2025

Son muchas las ocasiones en las que se escapa una risa inapropiada. Situaciones, en principio, poco propicias para la carcajada, pero donde, quizás para liberar tensión, quizás para intentar sacudirse las penas, los labios se dilatan hasta dejar escapar ese sonido contagioso, grave o agudo, en función de quien lo emita, que trepa por la garganta y que, como citaba Lisa Simpson en una alusión nunca aclarada a Pablo Neruda, conforma «el lenguaje del alma». Tras una edición centrada en el odio, el Foro de la Cultura versa, en esta ocasión, sobre otro de los sentimientos más primarios de hombres y mujeres, sobre esa disposición de ánimo que, desde nuestro nacimiento, todos experimentamos y cuyos detonantes son tan dispares como universal resulta el deseo de sentirlo: el humor.

Necesario para la supervivencia, incomprendido en multitud de ocasiones, eterno, mutable y no siempre bienvenido, el humor acompaña nuestro deambular. Más allá de la mera comedia, de lo «gracioso», de lo «divertido», se configura como un elemento fundamental en la comprensióndel mundo y de las relaciones entre los que lo habitan, como un organismo de incontablesramificacionesen las que unos ven el rostro del doctor Jekyll y otros el de Mr. Hydeabonado por la realidad que lo circunda. El humor sirve, al mismo tiempo, de espada y escudo, de tabla a la que agarrarse para evitar el naufragio, de farol con el que alumbrar el camino e intentar abrirse paso. El humor impregna días y noches, puede brotar de una palabra, de una mirada, camuflarse o exhibirse sin un mínimo pudor. En toda su compleja sencillez, en toda su sencilla complejidad, el humor constituye un recordatorio de lo que significa ser humanos.

Explorarlo desde ángulos tan abiertos como la historia, la antropología, la medicina, el desarrollo tecnológico y la creación artística es la meta que persigue la séptima edición del Foro de la Cultura, que alcanza su primera década de vida fiel al espíritu con el que vio la luz, una voluntad que profundiza en la interacción entre perfiles diversos —antagónicos, incluso— para acercar al espectador, a través de la conversación y la cercanía, otras perspectivas que ensanchen su visión del mundo y reivindiquen la reflexión.

Toda una invitación a descubrir, con una sonrisa o unos ojos húmedos, cuánta seriedad puede encerrar un chiste.

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DEPRESIÓN SONORA LLEGA A VALLADOLID DE LA MANO DEL FORO DE LA CULTURA 1366 1920 Foro de la Cultura

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