Los efectos de la tecnología, la digitalización y el desarrollo de la inteligencia artificial han protagonizado la conversación entre el escritor y futurista alemánGerd Leonhard y el poeta y periodista Antonio Lucas. «Nuestro mundo va a cambiar más en los próximos 20 años que en los pasados 300. Debemos prepararnos para el cambio. Nuestros hijos no van a conocer el mundo que hemos conocido, no van a leer libros, no van a conducir coches…», ha destacado Leonard durante la fase inicial de su intervención, poniendo sobre la mesa algunos de los beneficios que a corto plazo tendrá este imparable proceso.
El encuentro El poder de las máquinas, la gran aventura del siglo XXI ha sido el encargado de abrir el programa de actividades de la III edición del Foro de la Cultura, que se celebra en Burgos hasta este domingo 11. Leonhard ha destacado durante su ponencia que «no tenemos opción de volver atrás. Lo importante ahora es asegurarnos de cómo conseguir que la tecnología sea buena para nosotros. La cuestión —ha precisado, en referencia a las recientes polémicas sobre la manipulación, las fake newso el poder de las grandes empresas del sector tecnológico— es tener regulaciones o reglamentos, saber qué debemos hacer y cómo queremos hacerlo. El riesgo es que acabemos pareciéndonos cada vez más a las máquinas. Este es el reto al que nos enfrentamos. Cuando más nos parezcamos a ellas más inútiles seremos». El autor alemán ha defendido la necesidad de «un consejo ético digital, un verdadero consejo de sabios» que resuelva muchas de la incógnitas de un mundo cada vez más digital.
«La tecnología —ha señalado Antonio Lucas— es uno de los salvoconductos para que el futuro tenga sentido, pero abre brechas». Lucas ha puesto el acento en la gran distancia que separa el primer mundo, donde se libra este debate, y el tercer mundo, donde el acceso al agua potable, la alimentación o a la sanidad son cuestiones pendientes de resolver. Para Leonhard, la tecnología abre nuevas posibilidades de desarrollo. Sin embargo, también genera incógnitas en aspectos como «la seguridad, la sostenibilidad, la gobernanza o la protección de datos. El riesgo es que la manipulación pervierta la democracia. Hemos gastado mucho en invertir en tecnología —ha asegurado— pero poco en abordar estas cuestiones». Lo que está claro, ha apostillado, es que «la tecnología no resuelve problemas ético o políticos».
Otro de los temas que ha centrado la intervención de Leonhard ha sido la consecuencias de la creciente tecnologización sobre el mundo laboral. «Todo aquello que no se pueda digitalizar será muy valioso en el futuro», ha destacado, haciendo referencia a cualidades como la imaginación, la invención, la improvisación o la empatía». «El 50% de los trabajos que realizamos ahora serán en un futuro procesos independientes o automatizados. Seguiremos necesitando pilotos o médicos, pero tendrán otras funciones. Todavía no hemos inventado los puestos de trabajo de dentro de diez o veinte años», ha añadido.