El cineasta Javier Fesser, el escritor Andreu Escrivá y la integrante de Basurama Mónica Gutiérrez abordan el cambio climático y las soluciones al alcance de todos en el debate ‘Pequeñas rebeliones para un medio ambiente’, moderado por Roberto Lozano de Fundación Oxígeno
Viernes, 13 de noviembre
La IV edición del Foro de la Cultura ha vertebrado a lo largo de la mañana de hoy una doble sesión online en directo desde su canal de YouTube. Las mesas ‘Pequeñas rebeliones para un medio ambiente’ y ‘Como guante de artista en puño de activista’ abordaron el cambio climático y el rol de la cultura, respectivamente, a lo largo de la mañana de este viernes 13 de septiembre, en el marco de una edición desarrollada bajo el lema ‘Desde el refugio’, y que contó con los saludos iniciales de Daniel de la Rosa, alcalde de Burgos; Raúl Fernández Sobrino, viceconsejero de Cultura de la Junta de Castilla y León, y Carmen Páez, subdirectora general de Promoción de Industrias Culturales en el Ministerio de Cultura y Deporte.
La primera de las mesas, ‘Pequeñas rebeliones para un medio ambiente’, reunió al cineasta Javier Fesser, al escritor Andreu Escrivá y a la integrante del colectivo Basurama Mónica Gutiérrez en un debate sobre medio ambiente, cambio climático y soluciones al alcance de todos, moderado por Roberto Lozano, de Fundación Oxígeno. Javier Fesser trató de mostrarse optimista y manifestó que estábamos a tiempo de revertir la situación climática si se empieza a actuar mañana mismo: «Como sociedad no somos conscientes de lo que estamos haciendo, pero se puede abrir la cabeza un poquito y se comienzan a entender estas cosas que no tienen sentido».
Por su parte, Andreu Escrivá valoró que «parecía que el cambio climático estaba lejos, pero está pasando ya, desde que nací se han duplicado los días de 32 grados y en España el verano dura cinco semanas más». El escritor, autor de ‘¿Y ahora yo qué hago?’, apela a los hábitos de consumo y a la responsabilidad, a no romantizar la vuelta al campo y a la capacidad de divulgar informaciones climáticas a través de más canales que el científico («Un único canal no funciona, necesitamos más») y apelando a las emociones («Solo contando así lo que pasa se toman decisiones»).
«Los mensajes tienen que venir por los máximos canales posibles y que la gente se quede con el que más le convence», valoró Fesser. «El cine transmite mucho la empatía, te hace ver que solo eres una cosa más de todo el mundo y más que dar un recado a mí siempre me ha gustado dar a conocer otras realidades y tratar de transmitir algo positivo con lo que cuento: son historias que transmiten más preguntas que respuestas».
Mónica Gutiérrez, integrante en el colectivo de Basurama, se esforzó por aterrizar más esas ‘pequeñas rebeliones’ a las que aludía el título de este evento, moderado por Roberto Lozano, y vehiculó la estrategia en dos direcciones: «Resulta fundamental atender y formar parte de los procesos para dar soluciones, pero también que todo cambio se acometa en colectivo para conseguir una transformación a futuro como sociedad», ponderó. «De esta forma tendremos una ciudadanía más crítica y concienciada con capacidad para reclamar, a nivel político, y de transformar, a nivel local».
Sus procesos, que se centran en la reducción ante todo del consumo, pero también en torno a la reutilización, se vertebran en torno al espíritu de «convertir la basura en una materia prima para algo más, y en ese proceso generas un sentimiento de cuidado y de que estás haciendo algo que también vale la pena: ya hay comunidades viviendo y trabajando así».