El célebre humorista de ‘La hora chanante’ comparte mesa de debate online con Roberto Brasero, Patricia Sornosa, Sara Escudero y Simón Elías, bajo el título ‘El humor como último reducto’, en el marco de la IV edición del Foro de la Cultura
Sábado, 14 de noviembre
La penúltima jornada del IV Foro de la Cultura, desarrollada del 9 al 15 de noviembre bajo el lema ‘Desde el refugio’, concluye en estos momentos con una sesión doble vespertina de encuentros online, sobre la comedia y la pedagogía medioambiental, titulados ‘El humor como último reducto’ y ‘Educar en la naturaleza’, respectivamente. El primero de ellos concitó a Simón Elías, Patricia Sornosa, Joaquín Reyes y Roberto Escudero, moderados por Sara Escudero; mientras que la segunda mesa redonda reunió en un animado debate a Odile Rodríguez de la Fuente, Katia Hueso y Heike Freire, bajo la batuta de Beatriz Sacristán, de la fundación ‘One, Two, Free!’.
«La gente triste somos un poco payasos, de ahí que el humor sea nuestro último reducto», elucubró al comienzo de su encuentro el alpinista Simón Elías, quien abrió el debate en torno a la fina línea, casi un punto, que separa la comedia de la tragedia. Una interpretación ‘fuera del tiesto’ de su propia profesión a la que se quiso sumar también el periodista y ‘hombre del tiempo’ Roberto Brasero: «Para mí el mal tiempo no es una lluvia, sino cuando no se ajusta a lo que hemos anunciado». Pese a ser consciente de que se le considera un hombre ‘divertido’, Brasero aseveró que «el tiempo es una información muy seria y debe narrarse con rigor».
En defensa de la relación del humor con causas sociales o activistas, como el medio ambiente o el feminismo, Patricia Sornosa defendió abiertamente su valor subversivo: «El humor es como un espacio de resistencia: si puedes reírte de las cosas, por muy mal que estén; pierden poder sobre ti y estás por encima de esas circunstancias». Concediendo que el humor es complejo de definir, Sornosa afirmó que «la vida es algo pasajero y si no nos permitimos reírnos de ello y hacer que nuestro»
«En mi casa siempre ha habido humor, no entiendo la vida de otra manera», aportó Reyes, que también ha destacado tanto su «valor educacional» como a aquellas personas «que lo utilizan para cambiar las situaciones, que es su manera de luchar», frente al pudor que le da a él «usarlo solo para hacer chorradas», desperdiciando de alguna manera «su poder para decir cosas interesantes».
«Uno se define mucho por el humor que hace», agregó el cómico, que tampoco rehuyó el debate sobre los límites de la comedia: «Hay que ver sobre quién recae la broma que haces». También identificó los mecanismos de la risa como un «asunto de epidermis: no provoca tibieza, suscita reacciones muy extremas en uno o en otro sentido». Y envió un recado a los negacionistas: «La gente que niega el cambio climático debería caerse por un barranco».