La escritora Julia Navarro y el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga respondieron en la mañana del domingo 6 de noviembre al reto de analizar la evolución del ser humano desde las conductas primitivas a las identidades globalizadas, un recorrido por «millones de años», como recordó la moderadora del encuentro, la periodista Mara Torres, que definió a los dos contertulios como «grandísimos contadores de historias». El encuentro, programado en el apartado ‘Diálogos’ del II Foro de la Cultura bajo el título ‘De la conducta primitiva a las identidades globalizadas‘, tuvo lugar en el Salón Rojo del Teatro Principal.
El director del Museo de la Evolución Humana y codirector de las excavaciones de Atapuerca recordó que la historia es una «superposición de capas» que va haciendo la sociedad «más compleja». «Seguimos siendo romanos, en el derecho, en la lengua, en la manera de pensar, pero ahora seremos tecnológicos», añadió Arsuaga. En cuanto al efecto de la globalización en la identidad humana, se mostró de acuerdo con la tesis de que «la verdadera socialización individualiza». «Parece que la socialización anula al individuo, nos hace más anónimos, menos originales, pero no tendría que ser así. En un mundo cada vez más global, los humanos podemos ser más iguales, pero a la vez más diferentes. La diferenciación nos hace ser más funcionales», ha asegurado.
La autora de La Hermandad de la Sábana Santa, en un encuentro previo con periodistas, abordó los cambios que las nuevas tecnologías han provocado en el mundo de la comunicación. «En lo que va a desembocar no lo sé; lo estamos viviendo», señaló. Pese a esa incertidumbre, Julia Navarro se mostró optimista en cuanto a que «esta revolución traiga cosas positivas». Durante el diálogo, la escritora coincidió con Arsuaga en que la globalización no va a anular las singularidades de las personas: «El hombre del siglo XXI tiene dos identidades. Conviven en él el mundo global y el mundo y la identidad particulares, más próximos a la cultura local y nuestras costumbres».