«Tenemos que ser capaces de sacar la cultura del ámbito del ocio y del lujo y llevarlo al de la subsistencia para todo el mundo», señaló en la tarde del viernes 4 de noviembre la directora de Creatividad de la UNESCO, Jyoti Hosagrahar, en el II Foro de la Cultura. La cultura no debe concebirse como algo recreativo, sino como un factor de desarrollo del individuo y de igualdad, insistió antes de intervenir en el encuentro con jefe del Servicio de Acción Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Enrique Andrés Ruiz, que contó con el periodista de RNE Francisco Alcántara como moderador.
Hosagrahar celebró la organización de actividades como las programadas por el Foro, que sirven «para reconocer el papel de la cultura en el desarrollo sostenible», como señaló antes de remarcar que la UNESCO mantiene un «compromiso en favor de una sociedad justa, igualitaria e inclusiva y del desarrollo humano», un compromiso global que debe implementarse en el ámbito local.
«La cultura es un elemento trascendental para la subsistencia de las personas, puesto que las capacita para el desarrollo», añadió la jefa de Creatividad de la UNESCO, que asumió la responsabilidad contraída por este organismo internacional para ayudar a los países a que lleven a la práctica políticas de acceso a la cultura y que conviertan la participación ciudadana en «esencia de los derechos de las personas».
Enrique Andrés Ruiz matizó que «la cultura tiene su propio problema de sostenibilidad». «En un mundo caracterizado por la cultura de masas, la industria cultural pone a nuestro alcance productos antes más restringidos, pero esa misma industrialización puede rebajar la calidad de la producción cultural y no cumplir su objetivo: el cultivo del espíritu», advirtió.
Cultura compartida más allá de las diferencias
La segunda mesa de debate del II Foro de la Cultura reunió en la tarde del viernes 4 de noviembre en el Fórum Evolución al artista barcelonés Jaume Plensa, al cineasta y escritor iraquí Hassan Blasim y a la activista congoleña Caddy Adzuba. Acompañados por el director de Diario de Burgos, Raúl Briongos, los tres ponentes destacaron la existencia de una cultura compartida por encima de las diferencias entre pueblos.
«Si intentas participar en tu cultura, en tu tradición, es necesario tocar la cultura y la tradición de todos», señaló Jaume Plensa, quien recordó una conversación con José Ángel Valente en la que el poeta afirmaba que «la memoria es más vasta que nuestro recuerdo». «La cultura es una, la diferencia son los detalles», sostuvo Blasim en la misma línea, también compartida por la premio Príncipe de Asturias de la Concordia Caddy Adzuba: «Venimos de culturas distintas, pero más allá de las diferencias está la gran cultura, la cultura humana».
En cuanto al papel que debe jugar la cultura en la transformación de la sociedad, Plensa reivindicó su rol fundamental, junto a la educación: «Es inversión de futuro. Sin cultura es muy difícil que exista la libertad». La cultura sirve para «poner los puntos sobre las íes», añadió la periodista y abogada congoleña; mientras que Hassan Blasim consideró necesario plantear «qué cultura necesitamos en estos momentos, cómo hacemos para que la cultura afecte a la gente».
Gestión cultural participativa
Dentro del capítulo de ‘Inquietos’, en una de las sesiones de la tarde del viernes 4 se presentaron tres modelos de gestión cultural abiertos a la participación ciudadana, alejados del concepto de centro cultural al uso. Así, Ane Rodríguez, directora de Tabakalera (San Sebastián) definió este espacio como un «ecosistema cultural, casi una plaza pública» creada por los proyectos que se desarrollan en él. Entre sus principales alicientes, señaló el de la biblioteca de creación, que responde a un nuevo concepto de biblioteca especializada en contenidos culturales, convertida en «un ágora en la que pasar el día».
La iniciativa local del Centro de Creación Escénica de Burgos La Parrala fue otro de los proyectos presentados. Dos de sus responsables, Ana R. García y Roberto Méndez, repasaron dieciséis años en activo desde la cesión por parte del Ayuntamiento burgalés de un colegio que sirviese de sede a la Asociación de Artes Escénicas. Lejos de quedarse en eso, el espacio de se ha convertido en lugar de «convivencia» para de 32 compañías y de «creación colectiva», en un «semillero de ideas» al que le quedan otros retos por afrontar.
Manuel Segade, director del Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) de Móstoles, desgranó las actividades que diferencian este espacio de un simple contenedor de arte. Aunque alberga dos colecciones, la de la Comunidad de Madrid y la de la feria Arco, el 40% de su presupuesto se destina a actividades y educación. Entre sus iniciativas singulares figura un huerto urbano en la terraza o unos peculiares campamentos para niños, «que durante una semana duermen en el propio museo».
La programación de la tarde en la primera jornada del II Foro de la Cultura se completó con la segunda sesión de ‘ActivaCciones’, protagonizada por Christian Nold y Jordi Ferreiro, a los que moderó Amparo Lasén. Ambos artistas y diseñadores comparten su compromiso con generar una representación colectiva del espacio, Ferreiro desde los museos y Nold trabajando con comunidades en el entorno urbano. Durante la charla, destacaron el papel fundamental de lo afectivo en sus propuestas para generar relatos colectivos de los lugares en que realizan sus proyectos.